Libro: El Aguila Rebelde.- Autor: V.M. RABOLU.-
Capítulo: Los Detalles y La Muerte en Marcha
PREGUNTA. Tenemos una persona en fase B, que no estamos en cien por cien seguros si él todavía pertenece a la Rosa Cruz, pero él va, él viene. Cosas de la vida que cuando él
viene hay un fogueo, él se foguea normal pero no tiene todavía
claro las cosas, sobre la eliminación
del ego o algo así y las prácticas... yo creo
que es eso lo que lo atranca.
V.M. RABOLÚ. Es que en la eliminación del ego, había un conflicto o casi imposible,
tal como lo entregó el Maestro, Samael; pongámosle, mire: éste es un árbol con muchas raíces, ¿no? Tiene la raíz principal, tiene la cantidad de raíces pequeñísimas, que dependen de él,
así. Bueno, pongamos que éste es un
ego, de la ira, del orgullo,
cualquier ego.
Es imposible
nosotros ir a llegar a comprender
este ego, si tiene todos estos derivados de él,
pues viene a ser el alimento del árbol.
Un árbol por ejemplo, cualquier árbol que sea, tiene su raíz principal, que es la que sostiene al árbol para no dejarlo caer y echa otras gruesas a los lados que la ayudan a sostener para que el aire no la tumbe, pero de esas raíces gruesas que son éstas, dependen miles de raíces
pequeñísimas que son las que alimentan el árbol. Las otras raíces
gruesas no hacen sino
sostenerlo ahí, pero él se alimenta con todas
esas ramificaciones de raíces que echa, que esas
van para la superficie de la tierra,
arrastrando las vitaminas que necesita el árbol, el sustento.
Entonces,
eso sucede exactamente igual con el ego de nosotros, o los egos.
Tenemos el ego de la ira, pero de este dependen muchísimos que son los que lo alimentan;
el ego se sostiene por todas esas raíces, todas estas ramificaciones diminutas, que son los
detalles. Por los detalles está vivo el ego. Si empezamos a quitarle
las raíces, empieza a desnutrirse y a morir; de lo contrario no podemos. Entonces, como da el Maestro:
“que acabar el ego de la ira”, pero ¿cuántos egos de la ira o manifestaciones tiene ese elemento?,
entonces, ¿cómo lo comprende uno? no los puede comprender.
Entonces, si empieza uno a quitarle el alimento al ego, entonces sí empieza a comprender
y empieza a perder fuerza. Eso es inevitable.
El Maestro
habla en otros términos de esto, tal como lo estoy explicando yo. El usaba otros
términos: ‘Hay que morir de momento en momento, de instante en instante’; que esa frase yo no la entendía y decía “pero ¿cómo, qué va a morir de instante en instante, de momento en
momento?” El se refiere a estas manifestaciones diminutas, que uno no les “para bolas”, que cree que no es defecto, y ese es el alimento que está alimentando el defecto, por todas
esas raíces diminutas, van y van alimentando el defecto;
entonces, si empezamos a quitarle
eso, el defecto muere, o mejor dicho, el ego muere, empieza a decaer de una vez, porque él
se alimenta por todo esto. Entonces es la vida de él. Si le empezamos
a quitar eso, el resultado es la muerte.
Miren: yo empecé a morir fue con los detalles.
Esto que les estoy diciendo
de los detalles, no lo estoy hablando por teoría; estoy hablándolo, que hice así mi trabajo desde que empecé la Gnosis, con estos detalles.
Pero yo no sabía que era morir, sino que por estos detalles
va uno, por ejemplo:
va uno a recibir una Iniciación, lo llaman a uno para entregarle una Iniciación que se ganó; le salen todos estos detallitos a uno en el camino y por un detalle de esos
puede perder una Iniciación, un grado. Entonces yo empecé,
como yo salía mal en lo
interno, cuando iba yo a recibir un grado, por un detalle de esos me quedaba; entonces me
ganaba era un gran regaño de los Maestros y entonces ya venía aquí porque le dicen a uno:
“Id a la escuela a aprender, no
sabes nada”, pero regañado.
Entonces, venía
yo a darle duro a esos detalles
y empecé y entonces salía bien en las pruebas que me tiraban, porque estas son pruebas
que le tiran a uno; entonces ya recibía mi
grado, lo que me iban a pagar, y entonces
yo empecé a trabajar fue con los detalles
desde que comencé yo la Gnosis,
pero no sabía que era muerte sino yo era por salir bien en los llamados que me hacían para hacerme un pago, porque para hacerle un pago a uno lo llaman, entonces,
pero primero antes de llegar, le salen a uno los detallitos; que si se encontró una monedita, por ahí uno la agarró.
Bueno,
ese
es
un
detalle.
Así,
cosas
insignificantes que uno no cree que es prueba, esos son los detalles, entonces si empieza
uno por ahí el ego va muriendo, se va
desnutriendo y va muriendo;
eso es inevitable.
Esa es la Muerte,
verdaderamente, que yo le he encontrado fondo, porque como lo enseñó
el Maestro no es que yo quiera saber más, porque como les digo yo él habló de morir de
instante en instante, de momento en momento, está relacionado con eso de los detalles, le faltó
aclarar no más, para haber entendido
eso, pero él estaba sobre eso. El Maestro Judas, llama
a este trabajo “pulir, pulir, pulir y pulir”.
PREGUNTA.
¿Eso también se puede hacer igual con los pensamientos?
V.M. RABOLÚ. Es que con todo, es que con todo. Ahí se aplica la muerte en marcha, que
afloró un detalle de esos: “Madre mía, desintégrame este defecto”,
enseguida, enseguida, no esperar para mañana o pasado, sino enseguida, instantáneamente; que la Madre Divina con su poder, como estos son
detalles, no son tan fuertes, los
desintegra con facilidad.
PREGUNTA.
Pero siempre en la noche hacer un análisis también de esto ¿o no?
V.M. RABOLÚ. No, durante el día déle a la muerte en marcha, déle. No se ponga a perder más
tiempo,
sino déle de instante en instante, de
momento en momento y verá.
PREGUNTA.
¿Eso es “blanquear el latón”?
V.M.
RABOLÚ.
Blanquear el latón, para que la luz pueda brillar.
PREGUNTA. Maestro a veces, quizás falta de voluntad para trabajar con esa inquietud, con esa gana. ¿Cómo podemos
hacer para activar esa voluntad,
para esa rebeldía?
V.M. RABOLÚ. Estar
pendiente de uno mismo. Cuando
uno se olvida de uno, comete errores; estar uno pendiente
siempre de uno. De lo contrario
se olvida y ahí vienen cantidad
de errores de uno.
Entonces,
¿está
entendido lo que es la muerte en marcha y cómo se va eliminando el ego, se le va quitando la
potencia, la fuerza?
PREGUNTA. Quizás ha habido un error o algo que nosotros hemos tenido mucho tiempo; y es que durante el día ha habido un trabajo deficiente y hemos querido dejarlo todo para la
noche.
V.M. RABOLÚ. No, no, no, esto es de instante en instante como dice el Maestro Samael,
esa es
una
verdad.
Estar
pendiente
de uno mismo,
y
¿qué
pasa? va despertando uno conciencia enseguida;
no se olvida de uno mismo, es un ejercicio muy bueno.
PREGUNTA. ¿O sea que esto sustituiría el trabajo que siempre hemos hecho de la muerte del ego?
V.M. RABOLÚ. Es que mire, a mí me llamó mucho la atención eso, porque yo pienso
mucho en la humanidad cómo bregar a impulsarlos, eso me hizo investigar
mucho, porque todo mundo habla de la muerte y quiere morir y ¿por qué no ha muerto ninguno?, entonces eso me llamó la atención
mucho, ¡claro! faltaba aplicar este trabajo, porque así, así en bruto
como
lo entregó el Maestro, “que acabar con la ira, con el orgullo”, ¡no!,
nadie lo va a
acabar, nadie lo va a acabar así. Cómo comprende uno la ira o el orgullo si tiene miles de manifestaciones diminutas que uno cree que no es nada, y sí es, porque de ahí se está
alimentando el ego.
PREGUNTA.
Y hay que saber de dónde viene un detalle, si es ira, orgullo ¿o no importa?
V.M.
RABOLÚ. No importa, usted pídale a la Madre Divina instantáneamente; “desintégrame
este defecto” ¡ya!
PREGUNTA.
¿Tiene uno que imaginárselo, Maestro?
V.M. RABOLÚ. Según la manifestación del detalle, uno le pide a la Madre Divina;
uno no tiene que imaginarse
ni de dónde viene ni para dónde va, y hacer consciente la petición, imaginar que la Madre Divina lo desintegró, ¡eso!
PREGUNTA. Maestro, pero no habrá que ser un poquito, como sentir lo que uno acaba de
hacer, ¿no?, porque si uno lo hace todo mecánico.
V.M. RABOLÚ. Claro, estando pendiente
de uno mismo, se da cuenta de cualquier detalle que se asome o se manifiesta.
PREGUNTA. ¿O siente como un poquito de arrepentimiento?
V.M. Rabolú. Claro, en el momento que uno le pide a la Madre Divina,
tener esa seguridad que lo eliminó; tener esa seguridad, es fe en la
Madre Divina.
El Maestro
Samael por ejemplo, allá fue un misionero y le dijo: “de todos mis estudiantes,
el único que está muriendo es Joaquín; que sí está muriendo
de verdad”, pero yo estaba muriendo era con todos estos detalles,
yo no estaba yéndome a lo grande, ¡no!, sino todos los
detalles y a eso le debo la conciencia que tengo, a ese trabajo.
Entonces yo no he estado hablando de una teoría, sino lo he
ido viviendo, ¿no?, lo que he ido viviendo nada más.
PREGUNTA. Y usted Maestro, si me permite una pregunta, usted luego con esos detalles, luego se dedicaba a estudiarlos más profundamente ¿o solamente con este trabajo diario era
suficiente?
V.M. RABOLÚ. Es que mire, un detalle
de estos, diminutos,
eso no tiene mucha fuerza.
Entonces la Madre Divina instantáneamente lo desintegra;
desintegrado ya no tiene uno que
romperse la cabeza uno pensando en ese detalle,
¡no!, tener seguridad
que la Madre Divina lo eliminó, lo desintegró.
PREGUNTA. Sí, pero la meditación en la muerte del ego que uno va a hacer o también tiene que hacer en la noche, ¿sería sobre sus defectos gordos?
V.M. RABOLÚ. Mire,
voy a explicarle esa parte
que es muy importante: Yo nunca he hecho
esa meditación, no la he hecho, ¿por qué?, porque nosotros
vamos muriendo por etapas, por dimensiones.
Aquí hacemos una limpieza, pongamos un ejemplo: Usted coge una
camisa blanca, sucia, ¿usted la saca de la primera jabonada, o la jabona y después le da otra,
hasta que blanquea?
Bueno, eso somos nosotros con el ego, exactamente igual, igual, no
en una sola va a quedar uno blanco, porque hay que advertir que el Yo Causa está ahí y
el Yo
Causa no se desintegra con este trabajo; el Yo Causa se desintegra conscientemente,
y es el último trabajo que
tiene que hacer uno; entonces nosotros vamos es por etapas.
PREGUNTA.
¿Usted más bien iba en el mundo
Astral a trabajar con los yoes, después?
V.M. RABOLÚ. Uno tiene que trabajar aquí, en el Astral en el Mental y por último en el
Causal, todo en orden que uno en estos trabajos, por ejemplo aquí, va rescatando mucha conciencia que entonces permite moverse a
voluntad en otras
dimensiones, conscientemente y hacer
su trabajo.
PREGUNTA. Entonces ¿cómo se combina este trabajo de instante en instante, que creo
que vamos entendiendo con lo que nos decía usted también y el Maestro
Samael? , de dedicarnos únicamente a un solo ego
V.M. RABOLÚ. Yo cometí ese error, no me da pena decirlo, de elemento por elemento, pero no tenía en cuenta yo esos detalles,
porque cuando eso, yo no creía en esos detalles,
ahora que descubrí cómo es la muerte, entonces este lo deja a uno quieto, pero está dándole
uno es a todo el ego, a todo; al orgullo, codicia, lujuria,
venganza, ¡todo!, generalmente todo lo que se le salió a uno ¡pam!, déle,
déle, déle y ahí va muriendo.
PREGUNTA.
¿Es trabajar todos a la vez?
V.M.
RABOLÚ.
Con todo lo que le salga a uno.
PREGUNTA.
Pero,
por
ejemplo, ya en la Alquimia por ejemplo,
¿a cuál nos dedicaríamos?
V.M. RABOLÚ. En la Alquimia, por ejemplo, hay unos detalles
que no alcanza la Madre Divina a desintegrarlos, porque son fuertecítos, entonces en la Alquimia uno ve que ese
elemento siguió manifestándose, en la Alquimia entonces le pide a la Madre Divina la desintegración de ese elemento.
PREGUNTA.
Hoy
por
ejemplo, Maestro, perdone la insistencia
pero
esto
es
muy
importante para nosotros.
V.M.
RABOLÚ.
No, es que esto es importantísimo, es la base para nosotros.
PREGUNTA. Entonces, hoy ese detalle
fuerte ha sido del orgullo,
en la noche, en el trabajo de la Alquimia pido por el orgullo,
pero mañana a lo mejor es de la envidia,
¿entonces
pido de la envidia?
V.M. RABOLÚ. Al que le salga, al que le salga, no tenga usted excepción sino con todo lo
que le salga a uno.
PREGUNTA. Como el Maestro Samael hablaba
de que... yo no quiero
desgranar mucho esto, perdóneme que quiero insistir mucho pero hablaba
de que cazar diez liebres al mismo tiempo
y todo esto...
V.M. RABOLÚ. Sí, pero entonces
como va en un orden, no cinco o diez le van a molestar
a la vez sino es uno, usted le da a ese detalle.
PREGUNTA.
¿Al día siguiente salió un detalle de otro ego?
V.M.
RABOLÚ.
Otro sale, o al rato que sea.
PREGUNTA.
No, pero ya nos referimos ahora al trabajo de la Alquimia.
V.M.
RABOLÚ.
Entonces uno le va dando al que ve que insiste, se le da en la Alquimia.
PREGUNTA.
¿Es como ir rebajando todos los
egos?
V.M. RABOLÚ. Todo,
todo, todo, va muriendo
en el tronco, el ego en sí va muriendo
todo, porque va perdiendo toda la fuerza.
PREGUNTA. Si uno por ejemplo, ve que lo que más tiene o algo que tiene muy fuerte es la autoconsideración por ejemplo, ¿no?,
que
le
salen
muchos
detalles
durante
el
día,
aparecen por ahí, entonces debería uno de darle a todos los defectos, pero, centrarse más,
por ejemplo en la Alquimia,
en la autoconsideración?
V.M. RABOLÚ. Mire no, es que mire, un defecto
que tiene siempre uno, el principal hablémosle, se manifiesta, pues a ese se le da cada vez que se manifieste dale, y dale, y dale y dale, al que más
insista se le va dando , cuantas
veces quiera manifestarse dale, así.
PREGUNTA. Pero pasa esto Maestro, por ejemplo la “flojera”,
que por eso estamos aquí,
¿no?, porque somos muy “flojos” para trabajar; cuando
nos proponemos a trabajar con la
flojera, nos activamos, hacemos una semana prácticas, todas las prácticas
que queramos y
después llega de nuevo esa pasividad.
V.M. RABOLÚ. Mire, esa pasividad
viene, que es cuando se provoca una noche, entra una
noche dentro de uno cuando
se queda uno quieto, es por las prácticas mal hechas,
mal hechas. Cuando uno hace una práctica
y le da resultado, entonces
coge más fuerza, se provoca un nuevo amanecer dentro de uno, pero si la hace mal hecha, como no encuentra
resultado, viene la pasividad, la pereza, ¿no? Hay que siempre hacer
las prácticas con concentración.
Ninguna
práctica
de
las
que
da
el
Maestro,
ninguna
falla;
fallamos nosotros, porque estamos haciendo una práctica aquí y pensando
por allá en el negocio,
en cualquier cosa. Entonces no hay concentración, no puede dar resultado la práctica,
no puede dar. Entonces
son las fallas. No le dedica uno el momento a lo que está haciendo
y como les decía yo ahora,
en el diario vivir, en su trabajo
físico, le va dedicando su tiempo, entonces
es una educación que va recibiendo de una vez.
PREGUNTA.
¿Aprovechar la vida diaria?
V.M.
RABOLÚ.
Diaria, diaria.
PREGUNTA.
¿Poner la vida diaria en función
del morir?
V.M.
Rabolú.
Claro.
PREGUNTA.
¿Que en función de otra cosa?
V.M.
RABOLÚ.
Sí,
PREGUNTA. Un poco como orientación que podemos decir y bueno, y tener todos es que si
nosotros estamos haciendo una práctica de muerte del ego una hora diaria,
que no es suficiente, que tenemos que estar haciendo práctica de muerte
del ego de instante
en instante.
V.M.
RABOLÚ. Momento
en
momento,
esté
uno
en
su
trabajo,
esté
en
su
negocio,
hablando con una persona que sea, ahí tiene que estar uno a ver qué elemento psíquico
se puede manifestar ahí o se
está manifestando.
PREGUNTA. ¿Con una hora al día no vamos a morir?
V.M. RABOLÚ. No, no, no, no, no, es todo el tiempo, si es que uno quiere morir; todo el tiempo,
no cansarse uno.
PREGUNTA. En ese caso ya dejaríamos la práctica de la muerte del ego, quedaría aparte, porque estaríamos trabajando todo el día, ¿no?
V.M.
RABOLÚ. Todo
el día.
PREGUNTA. ¿Y la otra ya la dejamos aparte?
V.M. RABOLÚ. Esta otra, que por ejemplo que trabajamos, que nos la dio el Maestro,
esa queda aparte, porque uno está entendido es con todo, con todos los derivados
de los elementos psíquicos.
PREGUNTA. Pero podríamos dedicarle esa práctica, se me ocurre,
a ese defecto o a ese
detalle más fuerte, ¿tratar
de comprenderlo un poco más profundamente?
V.M. RABOLÚ. No, al que insiste pues se le da “en la torre” de una vez, cuantas veces
quiera insistir, dale, que en una de esas tiene que morir, tiene que morir.
PREGUNTA. ¿Esta práctica de la meditación
de la muerte del ego la dejaríamos fuera de los cursos o hay que explicarlo?
V.M.
RABOLÚ.
Pues yo creo que eso es perder el tiempo, eso es perder el tiempo.
PREGUNTA. Entonces, ¿ese ejercicio
retrospectivo, de cuando se manifestó un defecto en la infancia?
V.M. RABOLÚ. Con este trabajo no necesita uno de nada de eso; estar de instante en instante, de momento en momento.
PREGUNTA. ¿Eso es más directo?
V.M.
RABOLÚ.
Sí.
PREGUNTA.
Esta es una revolución completa
del morir.
V.M. RABOLÚ. Sí, ¡una revolución!, pues yo ese sistema lo tuve desde cuando comencé, pero
yo creí que todo el mundo trabajaba lo mismo; ahora
viendo por la correspondencia
que tanta gente, casi todo el mundo, “que la muerte, que la muerte, que no sé qué” y ninguno morir, y dije ¿este asunto por qué?, pues claro, se le van al grueso y a los detalles
los dejan, que ahí es donde se alimenta
el ego, ¡sí!, esa es la conclusión a
que llegué yo.
PREGUNTA. Vamos. Si por ejemplo
uno durante el día, algunos
de esos detalles que uno ve que por algún mal que ha hecho, por algo, uno siente dolor por allí dentro;
luego uno solo en su casa, en su habitación, debería
uno de... ¿muchas
veces que surge de uno no?, de centrarse más en ese defecto, ver cómo ha salido,
pedirle, seguir pidiendo
a la Divina Madre por ese defecto que durante el día...
V.M. RABOLÚ. No, estar en alerta de sí mismo, para cuando quiera volverse a manifestar
¡dale!, así es lo mejor; así deja uno de cometer errores
y está muriendo. Es que cuando uno se olvida de uno, ahí está el problema, pues comete
errores uno.
PREGUNTA.
¿Detalles tenemos que
entender que son cualquier cosita?
V.M.
RABOLÚ. Diminutos, cosas diminutas.
PREGUNTA. Una persona nos habla, sonreímos de una forma así como autosuficiente, eso es un detalle;
interrumpimos a otro cuando va a
hablar, ¿es otro detalle?
V.M. RABOLÚ. Fíjense, eso en lo interno por ejemplo es gravísimo. Por ejemplo ustedes están conversando los
dos
ahí,
llego
yo:
“bla,
bla,
bla”
como dándomelas
de
muy importante y les corto
la conversación
a ustedes, ¡ay! ¡ay! ¡ay! castigo le pegan a uno,
castigo; a mí no me da pena decir porque
a mí me han castigado
por imprudencias así y
duro.
Una vez estaba el Maestro conversando con otro Maestro
en la Iglesia Gnóstica. Yo estaba en
mi trabajo, pues yo siempre todas las noches me toca trabajar. Cuando se me olvidó preguntarle algo al Maestro y me fui para la Iglesia, entré, el Maestro estaba conversando con otro, yo con el afán de volver a mi trabajo: “Maestro que bla, bla, bla...”, “Arrodíllate
ahí” en la mitad del salón de la
Iglesia Gnóstica arrodillado, tres
horas.
Entraban y salían los Maestros y los demás condiscípulos míos y me miraban ahí como una “estampilla” en la mitad del salón, ahí. A las tres horas fue que me levantó
el castigo y dijo:
“Y es
para que..., usted no es más importante que ese señor que estaba hablando conmigo,
no sé qué”; bueno, me pegó pero qué regaño tan horrible, después de tres horas arrodillado. Allá le dan una disciplina muy rígida a uno, mucho
PREGUNTA. Y por qué uno no trae esa disciplina al físico, Maestro;
por ejemplo, si uno recibe esos castigo allá, ¿por qué no
trae eso al físico?
V.M. RABOLÚ. Porque mire, es que uno al despertar, cuando vuelve al cuerpo, despierta, y con un brazo que mueva o se mueva, ya perdió el recuerdo. Hay que despertar, uno sabe que ha despertado, abrió los ojos, cierre los ojos y trate de recordar y verá que recuerda, sí, pero como uno se mueva ya perdió el recuerdo.
PREGUNTA. En el Centro de Frankfurt, preguntan si ese mantram Raom-Gaom para recordar los sueños, si eso ¿es
recomendable enseñarlo o es una pérdida de tiempo?
V.M. RABOLÚ. Mire, el mejor mantram es el que les estaba diciendo, no moverse; ni una mano
ni nada, quieto y cierra los ojos
y trate de recordar y ahí saca uno todo.
PREGUNTA. Maestro, también con respecto a la muerte,
esto que nos dice el Maestro Samael, de que la lujuria se trabaja toda la vida, asociada
con otro defecto,
¿cómo hay que entenderlo?
V.M.
RABOLÚ.
Toda la vida, toda la vida, la lujuria son miles y miles de demonios.
PREGUNTA.
¿Como cualquier otro?
V.M. RABOLÚ. Sí, lo mismo, igual o mejor dicho no hay excepción de los defectos de uno,
todos tienen el mismo alimento, sus ramificaciones, manifestaciones diminutas. Por
ejemplo: hay una dama ahí, yo le puse el brazo mío, ¿qué es?, un detalle, una manifestación de la lujuria, ahí está; al darle la mano a la dama,
apretársela, es una manifestación de la
lujuria. Sí, es que no, no, no, son miles
y miles de detalles y en todo se manifiestan.
PREGUNTA.
Que
no
son
solamente
hechos
externos
sino
también pensamientos
o
impulsos...
V.M. RABOLÚ. No, no, no, no, echarle
un piropo a una mujer por la calle, por ahí, ¡ya!
eso
es un detalle de lujuria.
PREGUNTA.
Uno le dice a una amiga:
“qué linda estás hoy”.
V.M.
RABOLÚ.
Ya ahí está.
PREGUNTA.
Y uno cree que eso no es.
V.M.
RABOLÚ.
No, sí es. PREGUNTA. ¿O no
dice nada y piensa? V.M. RABOLÚ.
¡Pero piensa!... Sí.
PREGUNTA. Eso es lo que el Maestro Samael quería
que la vida fuera
edificante y dignificante, eso es, elevar el...
V.M.
RABOLÚ.
Sí, sí
PREGUNTA. ¿Qué trabajo es necesario para el
rasgo psicológico?
PREGUNTA. Ella quiere saber el rasgo psicológico principal, el rasgo característico, que tiene que buscarlo.
V.M. RABOLÚ. Buscarlo,
bueno con este trabajo, ya prácticamente ahí va, entra uno es
como
un soldado enfrentándose a un gran ejército, a defenderse; al primero que se asomó, a ese se le dio, ¡sí! ahí se le dio.
PREGUNTA.
Debe ser terrible esa batalla.
V.M. RABOLÚ. Esa es la Gran Batalla que habla la Biblia, esa es la Gran Batalla;
uno contra miles y tiene que
jugarse uno el todo por el todo ahí.
PREGUNTA. Y esa soledad que uno siente
en ese trabajo, eso, a veces uno cree que se
está poniendo...
V.M.
RABOLÚ.
No. Y hay veces que uno se siente
abandonado de las Jerarquías
y de todo el mundo, abandonado totalmente, se siente y se ve; y si es en lo interno es peor allá, allá sí
es notorio, porque uno va por su camino, ni Madre Divina ni Jerarquías ni ser humano ni nada. Es totalmente solo, totalmente.
PREGUNTA.
¿En lo interno?
V.M. RABOLÚ. En lo interno,
pero si hay alguien... mejor dicho todos están las vistas
puestas sobre uno, todas las Jerarquías,
porque no es que esté abandonado; uno se siente y
se ve
abandonado,
pero
mentiras, abra uno la boca y pida auxilio para que vea,
instantáneamente tiene la ayuda, pero se ve uno solo, totalmente.
PREGUNTA.
Y cómo se manifiesta
eso físicamente aquí, ¿la
vida se vuelve...?
V.M. RABOLÚ. Bueno, aquí hay Iniciaciones, por ejemplo, que se le voltea todo el mundo
en contra. A mí hasta la mujer, los hijos, los gnósticos,
todo el mundo me volteó la espalda. Yo enfermo en una cama y sin un centavo con qué curarme, con qué comprarme ni
una pastilla y duré yo varios días, meses mejor dicho en ese estado,
que ahí es donde la mente de uno lo ataca por todo lado.
Me acuerdo que el ego me decía:
“dónde están las Jerarquías que tanto habla, dónde están tus amigos, dónde están los gnósticos, ¡deja eso!”,
¡sí!. Así pero claro lo oye uno todo.
Usted sabe, uno enfermo,
tendido en una cama, sin poder caminar, sin un centavo,
que hasta la mujer y los hijos volteados en contra, ¿ah?, todo el mundo, nadie me visitaba, ¿ah?
Y ahí para acabar de completar por ejemplo, ya como que se aburrieron
mucho de tenerme ahí y fueron y me llevaron al hospital de Ciénaga, me botaron allí de caridad y no volvieron
a verme, nadie. Es duro, es duro, que entonces ahí el ego aprovecha esos momentos para quererlo sacar a uno de la enseñanza, hacerle ver que las Jerarquías, eso es paja, que los gnósticos, que la Gnosis, que eso es una inventada por un hombre, en fin, todas esas cosas,
pero una serie de cosas que le llegan a uno.
PREGUNTA.
¿Que lo pueden sacar?
V.M.
RABOLÚ.
Sí, pueden sacarlo.
PREGUNTA. Maestro, en las prácticas
que hay puestas en los grupos, que hacemos en grupo de muerte del ego, ¿cómo
podríamos entonces ahora para enfocarlas?
V.M. RABOLÚ. Bueno,
pueden seguirlas, porque
el calor del grupo da fuerza, pueden seguirlas así, ¿no? porque siempre la unión hace la fuerza. Se necesitan esas reuniones, todas esas cosas, porque tienen más o menos los mismos fines; entonces forman una fuerza
que le sirve individualmente a cada uno
PREGUNTA. ¿Pero ya habrían temas que se podrían ya no enseñar?
V.M. RABOLÚ. Por ejemplo, este tema para mí es básico
y fundamental para todos
los grupos, todo estudiante. El que quiera morir que empiece por ahí; de lo contrario
no muere nunca. Y ahí está la prueba: cuánta gente de veinte, treinta
años, ¡vivitos!, ¿por qué?,
porque trabajaban como lo había indicado el Maestro sin acordarse
de los detalles, no había quién en realidad explicara los detalles.
El Maestro lo explicó pero muy diferentes los términos; “que morir de instante en instante,
de momento en momento”, él lo explicó pero
entonces no entendíamos.
PREGUNTA. Fundamentalmente es lanzarse de lleno, darse “limón” a todas horas, ¿no?,
como se dice, o negarse a sí mismo en todo momento, ¿no?
V.M. RABOLÚ. Mire, para negarse uno, necesita uno haberse conocido muy bien. Cuando
uno sabe que uno no es nada, es una sombra, es una basura ante las Jerarquías, es cuando uno despierta
y le toca entrar a uno a Templos Sagrados
que le da remordimiento, le da vergüenza de uno mismo, de ver que por donde pasa uno deja la mancha; entonces ahí se da uno
cuenta que uno no es nada, pero nada, ¡sí! Le da a uno vergüenza, como que se
arrepiente de uno mismo,
de ver la situación que está uno
ante las Jerarquías.
Entonces ahí sí empieza uno verdaderamente a comprender que uno no es nada y entonces
a rechazar todas esas vanidades
y todas esas cosas de uno, ilusorias, que hacen ilusión
en uno.
PREGUNTA. Pero muchas personas Maestro,
por ejemplo, con esto de que nosotros no somos nada, entonces forman un problema; hay un problema
físico, sí, cosas de la vida,
dicen: eso no tiene importancia, total no somos nada, para qué identificarnos con esas tonteras de
la vida...
V.M. RABOLÚ. Es que uno debe actuar
de acuerdo a la dimensión donde
se encuentra, que aquí tenemos problemas
físicos, resolverlos físicamente, ¡claro!
PREGUNTA.
No dejarlo así, así como vino se va…
V.M. RABOLÚ. No, no, no, no. Fíjense ahora, por ejemplo aquí en Colombia. Yo hice un
curso de diplomacia,
muy
bien
hecho
en
los
mundos internos, que saqué
buenas
calificaciones, como diplomático. Utilicé
la diplomacia aquí, físicamente en el Movimiento. ¿Qué estaba pasando?, el Movimiento iba para abajo, todo, porque entonces se aprovechan de eso, para hacer fechorías y hacer todo, cada cual lo que le da la gana. Entonces, ahora me tocó y la vez pasada, en la otra Asamblea les dije: “Voy a manejar el Movimiento con vara
de hierro”, eso debe estar grabado; y empecé a manejar con vara de hierro,
¿por qué?, porque estaban abusando demasiado ya. Entonces en este mundo nos toca desenvolvernos así; la diplomacia
perjudica, es mejor la verdad de una vez, ¡ya!
Fueron miles de estudiantes los que se fueron aquí a pique
en Colombia, porque mandé hacer una revisión general
y eso quedó en nada. Los que estaban en orden quedaron y los
que estaban en su desorden y querían hacer de la Gnosis lo que les daba la gana, ¡fuera con
ellos! Una escogida.
Yo les
he hablado mucho
de la selección
y nadie le
ha querido parar
bolas: “no, la selección”. Ahora que se hizo una selección, se sacó una cantidad de basura y queda lo que más o menos ve uno que pueda servir y así, así es. El Movimiento Gnóstico, no se imagine ninguno de ustedes ni se hagan ilusiones
de que es cantidad, ¡no!, buscamos una calidad.
Puede ser uno, uno solo nada más,
pero la calidad es la que vale, no la cantidad.
A la cantidad les entrega uno el conocimiento, como obligación de uno, pero el que no
aprovechó, no aprovechó; ya.
Cómo será, ahora días por ejemplo teníamos una reunión
en el Tribunal; la orden máxima
fue, el que esté contra el Espíritu Santo, pecando contra el Espíritu
Santo y contra el Cristo:
“al abismo”. Orden de la máxima
autoridad de allá.
PREGUNTA.
¿Toda la humanidad o gnósticos?
V.M. RABOLÚ. Lo que caiga, gnóstico y no gnóstico.
Entonces me pareció muy dura, me pareció
demasiado tajante;
entonces apelé porque me acordé
de que hay personas que
tienen muy buena intención
y están empezando a trabajar,
¿no?, y quieren verdaderamente
superarse,
Entonces les dije yo: “No estoy de acuerdo con esa orden, porque hay personas que están
empezando hasta ahora un trabajo,
que han llegado al Conocimiento y están empezando un trabajo, entonces a esas personas no puede uno mandarlas
al abismo. En vez de mandarlos al
abismo se deben ayudar en todo sentido, para que esas personas puedan verdaderamente surgir, o sino no surgiría nadie”. Aceptaron, me aceptaron la sugerencia que
hice yo, porque me pareció muy duro.
PREGUNTA. Maestro, referente a esa pregunta. En el grupo
de nosotros en Alemania, tenemos a una dama,
que
es
de
la
fase
B
Avanzada y ella ha estado
prácticamente bloqueada ahí, porque ella dice, ella no hace el segundo factor,
porque de acuerdo a ella,
ella tiene que ser un poquito mejor, pura en el sentido más limpia, para hacer el segundo
factor y yo le dije: “tenemos que empezar a hacer ese segundo factor pero conociéndonos, estando atento a la manifestación
del ego de la lujuria”.
V.M. RABOLÚ. Es que mire... está perdiendo
el tiempo esa dama ahí; en el camino es que
se arreglan las cargas.
PREGUNTA.
Pero no le entra, Maestro, es que no le entra
V.M. RABOLÚ. Bueno,
un capricho ya, pero honradamente está perdiendo el tiempo. Si uno
empieza a prepararse, “hasta que no esté preparado no
voy
a entregarle el conocimiento a la humanidad”, no lo entrega nunca.
Todos empezamos por cero,
hay que empezar,
lo importante es comenzar ya; todos hemos partido de cero y estamos en cero, se puede decir.
PREGUNTA. La excusa de ella es que ella dice que ella no quiere ser utilizada,
porque se siente como utilizada, que ahora
solamente la utilizan
con un solo fin, de que su esposo
quiere surgir, alzarse y ella no
tiene ese chance.
V.M. RABOLÚ. Pero mire, por qué ese complejo de las mujeres, bueno que nosotros mismos hemos tenido la culpa pero si la mujer tiene las mismas posibilidades del varón; lo mismo exactamente igual. Hasta en el Camino Iniciático tienen más preferencia las mujeres
que uno, hay preferencia para la mujer. Entonces, tienen toda la ayuda, y ¿por qué entonces se meten esos caprichos?
Miremos: “yo soy muy macho, que no sé qué, usted que es lunar
y que yo solar”, ¿cuál
solar?, si yo no he fabricado
mis Cuerpos Solares soy lunar, tanto como cualquier
vieja, como una mujer, exactamente igual;
entonces cuál es el positivo
y el negativo. Tanto la
mujer es negativa como uno es negativo también, exactamente igual. Entonces quítense ese complejo
de la cabeza, quítense eso porque eso está mal.
De modo pues que si uno no ha fabricado
los Cuerpos Solares es una dama en los Mundos
Superiores,
es una dama que usa hasta
“pollerita”.
PREGUNTA.
¿Pero las mujeres en lo interno son hombres?
V.M. RABOLÚ. Porque ellas por el complejo de ellas, siempre desean en el fondo de ellas haber sido varones y entonces allá asumen la figura del varón, con los órganos y todo del varón; y uno de dama,
figúrense
ustedes
a
la
inversa,
allá
enamorándonos ustedes a
nosotros (risa) ¡no!, de verdad, eso es cierto.
PREGUNTA.
Pero ese complejo viene
desde niños, Maestro.
V.M. RABOLÚ. En el Movimiento Gnóstico hay que quitar
ese complejo a la dama, las damas
tienen el mismo derecho de uno,
exactamente igual.
PREGUNTA. También dicen que la mujer no puede llegar a los últimos grados iniciáticos,
¿eso
no es verdad?
V.M. RABOLÚ. Puede liberarse con el cuerpo femenino, eso no le impide, no tiene nada, entonces Dios o las Jerarquías serían
injustas en hacer deficiente a la mujer y a uno no,
entonces no habría justicia ahí, ¿no? Entonces tenemos las mismas posibilidades, lo mismo. Tienen que quitarse ese complejo las damas, y en los grupos gnósticos
explicar eso, para que se vayan quitando ese complejo, porque ese complejo en el fondo
les perjudica, ¿no?
PREGUNTA. Sí es cierto Maestro, porque por ejemplo a mí me gusta ser clara con... me
gusta dialogar con las damas, con los caballeros así aparte, cuando me doy cuenta que ¡tan!,
y un
día le agarré y le dije “qué te pasa, háblame soy igual que tú” y me decía: “a mí me utilizan, yo me siento utilizada, yo no quiero hacer el segundo factor hasta que no esté
limpia”. “Otra cosa; las Jerarquías no hablan de damas,
¿por qué esa discriminación?”
V.M. RABOLÚ. Voy a decirles
por qué no se habla de las damas. Porque una dama que
fabricó sus Cuerpos Solares, pasa a ser un Maestro
allá; pónganmele bien cuidado
a eso. Allá no se tiene en cuenta la parte femenina, sino es la construcción de su propio Templo,
que pasan a ser Maestros; entonces la parte femenina
allá se pierde, no se tiene en cuenta.
PREGUNTA. ¿Y
la masculina también?
V.M. RABOLÚ. Sí también, sí, porque si usted no trabaja es una dama allá; entonces
quítense esos complejos de la cabeza,
quítense eso, que las Jerarquías no hablan
de las Maestras o tal cosa, porque allá es el Maestro fulano de tal el Venerable
Maestro fulano de tal. Puede ser el cuerpo aquí de una dama, no importa, es el trabajo
que se mira y se mide,
¡eso!
PREGUNTA. Maestro, en conferencias públicas
por lo menos en España, estamos
ya hablando sobre la suprasexualidad y el trabajo
con el segundo factor, a lo largo del temario también se habla en algunos temas, hasta que se lleva en el tema veinticinco de la fase B, me parece
que es en el nuevo temario, se da el Arcano, entonces la Pregunta es: Si no le parece que es un poco tarde porque la experiencia que estamos recogiendo es que con toda
esta información y los libros del Maestro Samael, que los leen claro, pues las personas se
lanzan a hacer las prácticas con el segundo factor.
V.M. RABOLÚ. No, eso hay que darles
la orientación bien desde el comienzo, sobre el
Arcano,
para que no cometan errores, sí.
PREGUNTA. Entonces, usted
no ve mal que se entregue el Arcano pronto,
¿en fase A
incluso?
V.M. RABOLÚ. En fase A, porque
el casado tiene
que tener la orientación y si no le da uno la orientación cometen errores.
PREGUNTA.
Concretamente una
pareja, por ejemplo nos planteaba,
habían leído -están en fase A-, habían
leído ya algún
libro del Maestro Samael y estaban escuchando cómo se hablaba de la sexualidad. Entonces ellos decían: “ya hacer de la sexualidad lo que hacíamos
antes, pues no nos sentimos a gusto, porque
vemos que no es correcto”, pero tampoco
sabían cómo hacer lo nuevo; bueno en este caso se les dio la práctica.
V.M.
RABOLÚ.
¡Claro!
PREGUNTA. Pero hay algunos instructores muy reacios a hablar en público enseguida
de estos temas; hasta el
final.
V.M. RABOLÚ. No, eso se puede dar menos de la mitad de la fase A, entregarlos porque
eso es una necesidad.
PREGUNTA. ¿Sobre todo a las personas
que están casadas, que ya pueden empezar a
practicar?
V.M. RABOLÚ. Sí, a los casados y solteros
que se les explica, porque esa es una base que
no podemos callarla,
PREGUNTA. Creo que hay una orientación suya que me parece
muy razonable; que un
hombre se lo dé a los hombres y una mujer a las mujeres.
V.M.
RABOLÚ.
¡Sí!
PREGUNTA.
¿Para que haya más confianza?
V.M.
RABOLÚ.
Sí más confianza, más confianza, ¡claro!, sí eso sí queda bien.
PREGUNTA.
Maestro ya usted sabe cómo
somos de golosos, si usted ya está
cansado...
V.M. RABOLÚ. Mire, yo los invito si quieren a las seis de la tarde,
porque yo quiero aprovechar el tiempo al máximo,
puede ser a las cinco.
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